martes, 30 de mayo de 2017

"El Samsara" o la Rueda de la Vida


"Cuando termina la función, todos somos amigos otra vez". Una frase que escuché una vez (o quizá más de una), y que me vino a la mente al toparme con esta imagen, que hace alusión a que en esta vida, todos llevamos a cabo "un personaje", en la gran obra que es la existencia en este plano material, o en esta dimensión, como quiera llamársele. 

En esta gran obra algunos hacen el papel de "buenos", otros les toca hacer el papel de "malos". Algunos son enemigos, otros son amigos, en las múltiples tramas de esta gran obra. 

Cuando se cruza el velo de la muerte, siguiendo con esta analogía, "se acaba la función" (o se acaba uno de los actos, según como quiera verse), y los actores se despojan de las máscaras de sus personajes, y sus almas quedan nuevamente con su esencia tal cual es. Terminada la función (o el acto) todos se abrazan, o ríen, y son amigos de nuevo, pues ya han dejado atrás el personaje de la obra. Puede que incluso se rían del argumento de la obra que acaban de representar, pues les parezca ilógico o con muchos errores. 

Hasta que deban volver al escenario, regresar al mundo de tres dimensiones o al plano material, a encarnar un nuevo personaje, donde esta vez otros harán el papel de amigos y quizá haya nuevos  enemigos; unos de "buenos" y quizá otros diferentes de "malos", en una nueva obra (o en el siguiente acto, según como se vea). La Rueda de la Vida, o "El Samsara", del que hablan las filosofías hinduistas



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